Una mesa, tres generaciones
Una mesa con historia familiar. Esta mesa ha vuelto a ocupar un lugar honorable en el estudio. Estaba guardada entre paneles de madera y lienzos. Esperaba pacientemente a ser desplegada, honrada de nuevo con el uso de pinceles y pigmentos. A ser gastada, manchada y amada de nuevo. Hay objetos que están íntimamente relacionados con los afectos, pues nos ayudan a preservar los vínculos con nuestro pasado. La mesa verde , como siempre la hemos llamado, tiene impresas las huellas de tres generaciones que la han usado para pintar. Perteneció a mi abuelo, que la utilizó para soportar una pesada maleta llena de tubos de pintura, con los que realizó copias de piadosos cuadros de Van der Wayden. Entre ellos, una bellísima crucifixión y una sagrada familia, que están en una iglesia a la que fueron cedidos. Después pasó a manos de Guadalupe de Diego, mi madre, que la usó durante años para pintar cientos de bodegones y paisajes. Ahora me toca a mí abrir de nuevo sus patas de mesa ...